EDUCACIÓN


Alfredo Gorrochotegui, profesor de la Facultad de Educación de la USS presentó su obra este martes, en la cual se destacan 14 temas que la poetisa desarrolló, tanto en escritos como en su propia experiencia en las aulas.

Este martes se presentó en dependencias de la Universidad San Sebastián, sede Recoleta, el libro “Educar como Gabriela Mistral: ideas pedagógicas”, del académico de la Facultad de Educación de esa casa de estudios, Alfredo Gorrochotegui.

La exposición se realizó ante un auditorio con más de 50 personas, donde la obra fue presentada por Juan Pablo Conejeros, académico de la Facultad de Educación, y por Jaime Quezada, poeta, escritor, crítico literario y experto en la Obra de Gabriela Mistral.

Gorrochotegui explicó que, si bien tiene publicaciones anteriores en las cuales ha estudiado en profundidad la labor de Mistral como educadora, así como artículos especializados sobre el mismo tema, “me pareció que a Mistral había que ‘acercarla’ al estudiante que se forma como futuro docente, o acercarla simplemente al maestro y la maestra chileno y de la región, de una forma más sencilla”.

Asimismo, agregó que por esa razón “me concentré en destacar 14 temas que ella desarrolló, tanto en sus escritos como en su propia experiencia como educadora, que pienso pueden inspirar y orientar a esos docentes en formación, y a aquellos que ya están trabajando como tales. Por tanto, hablo allí de temas transversales que son importantes para la labor de educar: la importancia de la belleza en la transmisión, el dominio de los contenidos, la pasión al dar las clases, la coherencia del educador como modelo de vida, su entrega incondicional, el trabajo en equipo, la calma, la lectura”.

Para el escritor y académico, la obra de Mistral en su rol como educadora entrega una serie de herramientas que perfectamente se pueden aplicar a los tiempos actuales.

“Mistral recuerda ciertos aspectos que debemos cuidar quienes nos dedicamos a la docencia. Por ejemplo, preparar bien cada clase, dándole un orden a todo lo que transmitimos, lo que al final, lograría ofrecer una clase bella. Junto con lo anterior, cuidar nuestro lenguaje al dar clases. Usar un lenguaje culto, pero no rebuscado. Por otra parte, ahondar en los contenidos, estar al día, actualizado. Recordar, que somos ‘modelos de vida’ para nuestros estudiantes, por lo que todo lo que hacemos ellos lo perciben, por eso hay que ser el mismo en todas partes. Tratar con respeto a los estudiantes: nunca humillar o descalificar o usar excesivas ironías. Dar las clases con pasión, con fervor, con entusiasmo, totalmente enamorados de los contenidos que damos. Finalmente, dentro de los contenidos específicos, hablar de valores y convicciones que puedan orientar a los jóvenes a tomar mejores decisiones”, compartió el docente.

 

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