EDUCACIÓN


El sondeo realizado a nivel país por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación de Consumo de Drogas y Alcohol, Senda, muestra que (62,9%) de los estudiantes que reconoce haber ingerido alcohol en el último mes, se embriagaron en al menos una ocasión en igual periodo. Experto de U. Mayor explica efectos de ese tipo de conductas en los jóvenes.

Una encuesta realizada a nivel nacional por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) reveló una alta prevalencia de ingesta de alcohol entre los estudiantes universitarios y un patrón de consumo de alto riesgo que los expone a conductas y situaciones que pueden afectar su integridad y salud.

Uno de los datos que arrojó el sondeo es que dos tercios (62,9%) de los estudiantes que reconoce haber ingerido alcohol en el último mes, se embriagaron en al menos una ocasión en igual periodo. Una cifra superior a la de la población general (50,2%).

Álvaro Castillo Carniglia, director del Núcleo Milenio para la Evaluación y Análisis de Políticas de Drogas (nDP) y del Doctorado en Políticas Públicas de la U. Mayor, explicó los efectos que puede tener ese tipo de conducta en los jóvenes y su desarrollo.

“En esta población en particular lo más riesgoso, al ser personas jóvenes que llevan poco tiempo con alta exposición al alcohol, su mayor problema es la embriaguez y las intoxicaciones y el efecto agudo que producen esas intoxicaciones como lesiones auto infringidas, riñas, exposición a accidentes de tránsito, caídas, sumersión o ahogos, entre otros síntomas, dijo.

Añadió que “el problema asociado a esta población en particular tiene que ver con los patrones de uso intensivo y la embriaguez y cómo eso afecta la salud inmediata de las personas produciendo lesiones e incluso la muerte”, sostuvo el académico.

Respecto de las acciones que han tomado las casas de estudio en general para poder enfrentar esta situación que afecta a los universitarios, están los programas de prevención y contención a los estudiantes, en conjunto con Senda.

“Las universidades tienen múltiples planes de asesoría, algunos de ellos con Senda. Programas de prevención asociados al consumo de alcohol y otras drogas, así como proveer información y servicios clínicos para atención de salud mental de la población joven y universitaria. A veces son programas específicos para las personas que están incursionando en consumo riesgoso y asociado a intervenciones breves y estructuradas donde se les invita a modificar la conducta. Cuando los casos son más complejos, las universidades han incorporado intervenciones de ese tipo y el Senda acompaña esos procesos preventivos de múltiples formas como la colaboración y asistencia técnica”, explicó Castillo.

 

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