Ante el debate sobre reponer este tipo de sufragio, el investigador José Miguel Cabezas planteó que también se debe avanzar en educación cívica para que, en el largo plazo, sea la voluntad a participar de procesos democráticos lo que mueva al electorado.
La ministra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Ana Lya Uriarte, informó que el Gobierno decidió poner suma urgencia al proyecto de reforma constitucional que busca reinstalar el voto obligatorio en las elecciones del país. Actualmente la iniciativa se discute en la Comisión de Constitución del Senado y se encuentra en un segundo trámite constitucional, luego de haber sido aprobada en general en la cámara alta.
Es en ese contexto en el cual se abre el debate sobre la utilidad real de un voto obligatorio donde, si bien en las últimas elecciones, la participación electoral ha estado marcada por registros históricos, la tendencia que se venía dando desde la década del 90 era a la baja.
Por ello, el académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud y del Doctorado en Políticas Públicas de la Universidad Mayor, José Miguel Cabezas, enfatizó en que, junto a reponer el voto obligatorio, que permitirá “democratizar mucho más el sistema de representación nacional”, se debe avanzar de forma paralela en la formación cívica de los ciudadanos.
“Por más que tengamos un voto obligatorio, si no existe un proceso de socialización, educación o básicamente educación cívica del electorado, en el mediano y largo plazo este deber de participar en las elecciones no va a cambiar por más que sea obligatorio. Por lo tanto, debe incorporarse, además, un proceso de educación formal de socialización política del electorado, que básicamente es volver a las clases de Educación Cívica”, explicó.
El análisis surge ya que, en opinión de Cabezas, al carecer de esa preparación, lo que hace el voto obligatorio en este momento es “medicar el síntoma. Estamos dando un paracetamol con el voto obligatorio, pero no estamos dando la solución a la enfermedad que es la apatía política, y eso se revierte con socialización y formación cívica desde el colegio. Con herramientas necesarias para poder dialogar, que es sumamente necesario para la política”.
Añadió que dicha preparación, si bien no hará que el 100% del electorado vote, porque eso no es real, si moverá a las personas a participar por voluntad, más que por los castigos involucrados. “En ninguna sociedad moderna vota el 100% del electorado, por eso también hay que desdramatizar estos principios, pero efectivamente, si tenemos una sociedad educada en términos políticos y socializada en esos términos, no requeriríamos del voto obligatorio, porque todos nos sentiríamos invitados y convidados a participar de las elecciones, independiente de saber que hay un castigo o no”, sostuvo.